La tecnología, que combina ósmosis inversa y luz ultravioleta, permite cumplir con los requisitos de la Norma Chilena 409.
Tras 2 años de investigación, el desarrollo de prototipos de atrapanieblas y su monitoreo en terreno, la tecnología instalada demostró su capacidad para recolectar agua de niebla. El recurso es tratado mediante una membrana de ósmosis inversa, convirtiendo el 50% del agua recolectada en apta para consumo humano y el 50% restante puede usarse para riego de jardines y huertos.